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| Foto: (c) TecleaTeCrea |
Generosidad.
Imitación.
Constructo.
SUITE
Sentidos siempre al acecho,
la puerta a los significados,
vigías de la mentira,
vividos, sentidos.
Rozaduras o linchamientos,
gemidos del discurso,
lametones de cordura,
accesos al entendimiento.
Sensibilidades varias,
genes buenos / genes (muertos),
egoísmos bien comprendidos,
entiéndele tú a él.
Un correveidile de alioli,
un engañanecios,
¡Corre, ve
y dile!
Ya va, ya va, arañando,
como siempre, disfrutando,
componiendo, coescuchando,
los oyentes colaborando.
Sentidos falsos,
sentidos ciertos,
sentidos los que tenemos,
nuestros embudos abuelos.
Desarrollo: Generosidad.
Nota a nota, word a word.
Así desparramo corcheas.
Así ensucio líneas y folios-árboles-hermanos.
Así te transmito algo.
Así parece que recibes.
Así se supone que comunicamos.
Así regalo, así gozo.
Así es la música para el creador.
Un oficio y un altar.
Una mentira y magia real.
Una diosa bella y una sucia ramera.
Un efebo y un mancebo.
Una cosa y un quasar.
Todo y nada.
+&-
Desarrollo: Imitación.
Comprendí la exposición, el desarrollo y la re-exposición repitiendo.
Teniendo como modelo el pasado.
Practicando.
Ejercitando irreflexivamente
para poco a poco
hundirme,
profundo,
en reflexiones de otros compositores-filósofos no traducidos aún.
Entendí a fuerza de horas, de teclear, de “tecrearme”.
Recorriendo de nuevo las mismas sendas con pies distintos.
Estudiando escalas,
día a día,
con nuevas variantes que construían universos sónicos
provenientes del mismo macrocosmos,
ora intrauterinos,
ora perfectos.
Incomprensiblemente supe,
pero no por ciencia infusa,
sino por re-construcción, por re-creación,
que, haciendo,
practicando,
ejercitándome,
buceando braza a braza,
mis antebrazos dibujaron
las mismas galaxias pretéritas
iguales a las venideras
y sin darme cuenta aprendí
que hacer es crear
y crear es morir
(con sentido consentido).
Desarrollo: Constructo.
Véase lo anterior.
Me refiero a esas catedrales debussyanas.
Quiero explicarme:
los castillos de frecuencias,
la arquitectura de la vibración.
La teoría de cuerdas que habita tu carne.
Las células filamentosas cimbreantes de todo-nada.
Leí que hablar de música
es como bailar de arquitectura.
Así de cierto, estoy danzando,
construyendo un castillo de arena
hasta la siguiente oleada marina
o el siguiente Apocalipsis.
SUITE
Allemande
Cadenciosa, estoy distraído.
Y eso que comienza.
No sé a dónde escuchar.
¿Arriba, abajo?
¿Delante, detrás?
Sinuosa como ella,
como él, como todos,
como todo,
como una danza…
Sonidos estilizados.
“Politonos” autorreferentes.
Justos juegos jugosos.
Divertimentos sonoros.
Ni estás ni eres,
ni se te espera,
cuando tu vas
yo me fui,
cuando me fui
me persigues.
Retazos de un pasado,
que puede ser porvenir,
si por venir le dejas ir
y en el camino te centras.
Courante
Nueva zalamería.
A la moda que fue.
Otra línea que te lleva
a viajar por la selva del tiempo.
Segunda estación.
Contento.
Fuera de tiempo.
Resbalón.
Zarabanda
Mentes censoras, huid de la música,
alejáos,
no sois dignas
de acercarse a este niño.
Años de galeras,
condenaba aquel rey muerto español
por bailar la zarabanda,
demos gracias a dos
cientos de años,
Permitida, gracias a la autoridad.
Prohibida, voy a tocarla.
Te toqué, nada fue.
(Oídos con suspicacias)
ESCUCHANDO:
Aaaaaaamaaaaar
Ooooooooooohm
Paaaaaasaaaaaar
Uuuuuuuuuuuuuu
(((Galanterías)))
I
¿Nuevo minué?
Sí.
Ya pasó.
Hoja caduca, efimeridad.
II
Tris tras,
una hoja y un dedal.
Mil mal,
un segundo y ya está.
Giga
Intrascendencia final.
Un preludio fuera de lugar.
Una hemilolia.
Un uy fugaz.
Tres pies juntados,
1 1 1
o
2 y 1.
Alimento para mentes inquietas.
Un retazo de juventud.
El movimiento hecho pauta.
La fugacidad fotografiada.
Ya se va.
Ya se va.
Ya se va.
Ya se fue.
Siempre estuvo.
Siempre fue.
Siempre está.
Siempre estará.
