Fermín Galduf |
Por Fermín Galduf
"Nuestras conductas individuales nos llevarán a un destino común."
Cada actividad laboral tiene unos “riesgos laborales” propios de la actividad. El artículo 2.º de la Ley de prevención de riesgos laborales del Reino de España dice:
“Se entenderá como «riesgo laboral» la posibilidad de que un trabajador sufra un determinado daño derivado del trabajo.”
Los factores de riesgo laboral son condiciones existentes en el trabajo que de no ser eliminados tendrán como consecuencia accidentes laborales y enfermedades profesionales.
La evaluación de los riesgos laborales es el proceso dirigido a estimar la magnitud de aquellos riesgos que no hayan podido evitarse, obteniendo la información necesaria para que el empresario esté en condiciones de tomar una decisión apropiada sobre la necesidad de adoptar medidas preventivas y, en tal caso, sobre el tipo de medidas que deben adoptarse.
Mediante la evaluación de riesgos se ha de dar respuesta a:
¿es segura la situación de trabajo analizada?.
El proceso de evaluación de riesgos se compone de las siguientes etapas:
• Análisis del riesgo, mediante el cual ó identifica el peligro o se estima el riesgo, valorando conjuntamente la probabilidad y las consecuencias de que materialice el peligro.
El Análisis del riesgo proporcionará de qué orden de magnitud es el riesgo.
• Valoración del riesgo, con el valor del riesgo obtenido, y comparándolo con el valor del riesgo tolerable, se emite un juicio sobre la tolerabilidad del riesgo en cuestión. (INSHT)
De las distintas evaluaciones de riesgos laborales realizadas de la actividad del músico interprete y del músico docente sabemos que son generalmente de tipo hergonómicos y psicosociales. De estos dos tipos los riesgos psicosociales perjudican la salud de los trabajadores tanto a nivel físico como psicológico.
El resultado de la suma del perfil psicológico del músico, que ha sido esculpido por una formación enfocada en valores basados en la individualidad y la competitividad, más la falta de formación en materia de liderazgo e organización de directores musicales y otros cargos directivos de las diferentes instituciones musicales más el tipo de trabajo que realiza un músico, hacen que los problemas de tipo psicosocial estén al orden del día en las instituciones musicales, bien sean docentes o escénicas.
Una de las consecuencias más habituales en colectivos de músicos que trabajan juntos, que es consecuencia de una falta prevención de los problemas psicosociales es el acoso psicológico. Desgraciadamente la casuística antes mencionada provoca que el músico en el ambiente laboral con otros músicos este peligro de ser acosado o acosar en algún momento o momentos de su carrera laboral.
SINDROME DE PROCUSTO
El acosador no es un enfermo, es alguien cualquiera con un perfil psicológico que denota una gran rigidez, una falta de capacidad para la aceptación. El acosador es un perfeccionista, individualista, con baja tolerancia a la frustración. Estos son unos rasgos que desgraciadamente vemos muy a menudo en el músico y a esto le sumamos la motivación de la envidia tenemos el perfecto “procuso”.
El síndrome de Procusto lo padecen aquellos que atacan a quien sobresale. Según la mitología griega, Procusto, hijo de Poseidón, era un posadero que tenía su negocio en las colinas de Ática. que torturaba, amputaba y mataba a martillazos a todos los que se hospedaban en su casa cuando su tamaño no coincidía con la longitud de su cama. Si eran más altos, les serraba las partes que sobresalían, y a los que el lecho les quedaba grande, los descoyuntaba a golpes. Cuando Teseo le retó a medirse en su propia cama Procusto, de estatura descomunal y gran fuerza, terminó probando su propia medicina.
Una persona quiere que todo se ajuste a lo que dice o piensa, pretende que todos se acuesten en el “lecho de Procusto”. Lo padecen aquellos que tratan de menospreciar a los que son más brillantes que ellos, tienen miedo a perder su posición, poder o jerarquía. Demuestran inseguridad, sentimiento de inferioridad. Creen que cuando alguien presenta ideas mejores a las suyas pueden quedar en evidencia frente a un superior.
En el ámbito laboral las consecuencias son devastadoras en la salud de la víctima, que verá como es limitada, cuestionada e incluso ridiculizada. Los efectos son nefastos para la organización, que pierde ideas, innovación y la competencia sana.
Como decíamos al comienzo de este artículo desgraciadamente esto es demasiado habitual en colectivos de trabajadores músicos y se hace cada vez más necesario el formar a estos colectivos en la importancia de mantener un clima social saludable dentro del trabajo, en establecer mecanismos de contención ante conductas poco cívicas de bajo nivel ético.
El músico necesita tomar consciencia de que la competitividad es buena, que la individualidad (en ocasiones) es necesaria, pero sobre todo comprender y valorar que el hombre es un animal social y que el nivel de civismo de la sociedad en la que él lleva a cabo su trabajo es directamente proporcional a su salud y bienestar personal. Ese nivel social de civismo es una responsabilidad de todos.
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