...De un piano lejano llegó la romanza sin palabras... Romanza maravillosa llena del espíritu romántico del 1830... Empezó lentamente con aire rubato delicioso y entró después con un canto rebosante de apasionamientos. A veces la melodía se callaba mientras los graves daban unos acordes suaves y solemnes...
Llegaba sobre el puerto la música, envolviéndolo todo en una fascinación de sonido sentimental. Las olas encajonadas caían lamiendo voluptuosamente las gradas del embarcadero... Seguí el piano la romanza cuando se hizo de noche. Sobre las aguas verdes y plomizas pasó una barca como un fantasma al compás lento de los remos.