+10 causas comentadas por las que los músicos sufren situaciones de acoso laboral

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Un artículo reciente del coach para músicos Francisco Fermín Galduch en su estupenda web Coachingparamusicos.es ponía el dedo en la llaga sobre uno de los problemas acuciantes de la enseñanza musical española, de los que parece que la respuesta más "fácil" es silenciar, convertir en tabú, como si una escultura tan "grande" se pudiera obviar, se pudiera dejar de ver o hablar sobre ella.

Colindando esta temática ya escribí un post para concienciar a navegantes sobre la gravedad de los mismos. 

Entre la idiosincrasia de la realidad de los músicos se citaban en dicho artículo, y comentaré mi opinión sobre cada ítem en cursiva:

1) La falta de concienciación, de los responsables, sobre la importancia del clima social.
En muchos centros se producen casos flagrantes de episodios de agresividad redirigida que no han sido sancionados por los responsables, gritos, insultos, amenazas, falta de comunicación, falta de respeto en el tratamiento, falta de empatía hacia las necesidades de los docentes, los cuales, no son ni siquiera informados, por no decir no consultados y directamente ignorados.

2) La falta de aplicación de la legislación de prevención en seguridad y salud.
Hay centros que directamente no deberían estar abiertos a la actividad de la docencia musical por carecer de los sistemas de insonorización mínimos que establece la ley. Esto afecta al profesorado, al alumnado y al clima general del centro, porque "todos se molestan a todos" y hay climas de tensión constante.

3) El “individualismo” en el que se educa al músico.
La enseñanza individualizada tiene muchas ventajas, pero entre sus mayores desventajas se halla la soledad, tanto del alumno como del profesor, es decir, la relación uno a uno dificulta el desarrollo del trabajo en equipo, de la cooperación entre iguales, la empatía hacia las dificultades de los demás (qué bonito sería que los alumnos y profesores acudieran a las clases de otros profesores y de otros alumnos para aprender mutuamente e incluso se realizaran clases extraordinarias abiertas colectivas). El alumno y el profesor "aislado" imagina situaciones que suelen distar de la realidad ("soy el mejor del mundo", "voy a hacer una carrera internacional"...)

4) El “divismo” característico del artista.
Al hilo de lo anterior, la lucha de egos es evidente, tanto entre alumnos como profesores. La falta de trabajo en equipo (a veces hasta censurada por los responsables) genera un clima nada saludable en la comunidad educativa, lo que es más triste, es que informados los responsables y los responsables de los responsables, las dinámicas se perpetúan por la dejadez e inacción, el asumir que "como siempre ha sido así, no se puede cambiar".

5) Un sistema de formación que se centra especialmente en la habilidad para tocar el instrumento y que provoca un bajo nivel intelectual del músico.
La falta de actualización pedagógica y de inteligencia emocional, dentro y fuera de las clases (los típicos "dimes y diretes" vergonzosos de pasillo), hacen que la formación humanística ideal que se podría fomentar en el alumnado se quede en "agua de borrajas".

6) Falta de organigramas bien claros y bien definidos.
Órdenes contradictorias al profesorado y a la comunidad educativa, falta de información y transparencia, tribunales con siempre los mismos o casi los mismos miembros año tras año, lo cual es percibido como falta de rigor e higiene democrática, así como de ética profesional... etc... etc...

7) La permisividad en pequeñas conductas intolerables, que acabarán por normalizarse y dar paso a otras más graves.
Camarillas, amiguismo, cuñadismo... y otras malas hierbas... Parece que el deporte nacional fuera la envidia. Si los responsables no dan ejemplo y en los pasillos siquiera saludan cordialmente a sus subordinados están fomentando estas conductas inapropiadas y como dice el enunciado "intolerables" en un centro educativo, que precisamente, debe ser ejemplo, en primer lugar de educación.

8) La no aplicación de las faltas leves de los reglamentos disciplinarios.
Por ejemplo, no contestar un registro de entrada a un profesor o a un alumno, que es obligación por ley, debería ser sancionado, sea quien sea la persona que deba responder.

9) La falta de definición de los valores comunes del colectivo.
Que el proyecto educativo de centro no tenga absolutamente nada que ver con la realidad que se respira día a día y que no haya sistema de evaluación y mejora del propio proyecto educativo hace que el mismo sea un mero "papel mojado", un trámite burocrático, a juicio de algunos.

10) La falta de formación sobre la comunicación eficaz y saludable dentro del colectivo.
Si no se imparten en las carreras ningún tipo de contenidos relacionados con la oratoria, la comunicación eficaz, la gestión del trabajo en equipo, la psicología, etc... es normal que se produzcan tantos casos lamentables de mala praxis y, además, que el propio centro no sea capaz de autogestionar este tipo de formación es habitual (se podrían programar cursillos para docentes en el propio centro y en muchos casos no se hace).

11) Los colectivos de músicos suelen ser muy diversos y estar formados por personas de diferentes culturas.
Hay que integrar al diferente, siempre. Por desgracia, en muchos centros musicales cualquier persona que se aparta de la "media" suele ser apartada, señalada, criticada, etc... Falta de visión global, de conjunto, por parte del que lo hiciera.

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Musicógrafo influencer. Distinguido en Global Music Awards (EEUU). 1er Premio Concurso Piano Maestro Serrano. Especializado en Falla. Estrena Improvisaciones Albéniz y Granados (Boileau). Revistas: Música y Educación, Allegro, Ad Libitum, Polifonía y ArtsEduca. Coautor: 29 Maneras concebir silencio (Univ. Jaume I), Canto Natural (Bromera). Coord: Los poetas ante la música (Bubok). Autor: Piano Creativo (Rivera), Piano Español (Lulú) y Aprende a Improvisar al Piano (Redbook)

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