Hoy he participado en otra de las interesantísimas "Tertulias de Adall", en el espacio escénico Babel Forum.
En esta ocasión la charla-debate la presentaba el cantautor-guitarrista y escritor Víctor Vazquez (ENLACE A SU BLOG, PULSA AQUI) http://victorvazquezbayarri.blogspot.com.es , autor del CD "Dezires" y de la novela sobre Francisco Tárrega "Yo te enseñaré los colores" (alusión al personaje principal, el insigne guitarrista castellonense-internacional, que era ciego), merecedora de ser Finalista del Premio Planeta, y contaba como invitado y protagonista del evento con el productor y músico Roberto Ruíz, http://www.sonoestudio.com/ (PULSA PARA VER SU LINK) y con la presencia del guitarrista flamenco Salvador Aledón "Salvaoret", la soprano Isabel Villagar y, quien les escribe, entre otros...
Se han abordado muchos temas como:
-La música actualmente es un producto creado para una masa, para satisfacer una necesidad comercial previamente detectada y estimulada por los medios de comunicación, frente al modelo anterior, basado en el talento, en el que un artista ofrecía aquello que salía directamente de su alma. Se ha hablado, por tanto, de que falta en el mundo de la música "esta especie de alma"...
-Se busca una perfección en la grabación que da una imagen irreal del verdadero producto musical, ya que la perfección no existe y en las pequeñas imperfecciones expresivas se produce la belleza orgánica de la música.
-Se ha debatido la importancia de escuchar más música en directo debido a que la onda sonora real jamás podrá ser reproducida y captada al ciento por ciento por ningún aparato tecnológico. Los armónicos se ven comprimidos en las grabaciones, reducidos, por las necesidades de reproducción de las salas, acortándose la dinámica tanto en forte como en piano, produciendo una insensibilización del público hacia las sutilezas de la verdadera música en vivo, en acústico. Es como si todo el mundo conociese la voz por teléfono de sus amigos y de repente los escuchara por primera vez. El directo hay que potenciarlo, es insustituible.
-Los productores acabarán acudiendo a determinados nichos de mercado y especializándose en producciones de unas determinadas características muy específicas.
-Las discográficas están en recesión porque ya no son la única vía de llegar al mercado. Actualmente un músico sólo necesita un buen productor y unas buenas plataformas de distribución de su producto en la red.
-El producto creado se convierte básicamente en algo visual. El resultado musical se puede remasterizar, corregir "pinchando" (editando continuamente, hasta 50 veces para un fragmento mínimo), mejorar con la tecnología actual, creando unos virtuosismos vocales o instrumentales inexistentes, una calidad que no es real.
-Las herramientas tecnológicas son muy potentes, pero lo que en realidad importa es la calidad artística del músico.
-Se está librando una auténcia "war sound" o guerra del sonido consistente en acaparar acústicamente la atención de los fatigados oyentes, con cada vez menor capacidad de concentración. Digamos que para estimular o llamar la atención del público cada vez se le ofrece un producto menos sutil y más agresivo, contribuyendose así a su insensibilización progresiva o anestesia auditiva.
-Una asistente ha preguntado sobre el uso de ondas de baja frecuencia relacionadas con la relajación o la entrada en patrones de activación cerebral de mínima frecuencia (u ondas alfa cerebrales). Se ha debatido sobre la "nota marrón", sonidos inferiores a 20 Hz a los que se expone a público experimental a altas intensidades (perceptibles por el estómago, por ejemplo, pero no por el tímpano).
-Un producto porque tenga miles de seguidores no por ello tiene mayor calidad. Se impone por tanto que se cree algún tipo de institución por parte del Estado (que quizá hace actualmente "dejadez" de su papel garante de la diversidad cultural de un país y protector de bienes inmateriales, que si se ceden a un mercado libre atroz desaparecerían, como no deben dejarse desaparecer, por ejemplo, las lenguas minoritarias) que facilite a los autores, compositores, intérpretes... ser puestos en valor, reconocidos, aunque su obra no llegue, por sus características, a ser bien entendida o disfrutada por el grueso de la población, al menos deberían tener un apoyo dada la singularidad y calidad de su producto (no deberían ser sólo los productores y las discográficas los que determinen qué obras tienen "calidad" y cuales no).
-Los músicos necesitan adquirir herramientas de autogestión, conocimientos sobre la tecnología que les rodea y aprender a relacionarse. Los productores deben comportarse de una manera ética, no produciendo sólo por dinero.
Nuestras felicitaciones a Roberto Ruiz Belloví, un gran profesional del mundo de la música con "corazón y alma", con inteligencia y valores sólidos. Sirva de ejemplo de los caminos futuros de este bello arte que también es riqueza, en todos los planos (pecuniaria y espiritual).
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- Agustín Manuel Martínez
- Profesor pianista experto en improvisación multi-estilos (modernos, clásicos y populares) y música española. Musicógrafo. Distinguido en Global Music Awards (EEUU). 1er Premio Concurso Piano Maestro Serrano (Palau de la Música, Valencia). Especializado en Falla. Estrena Improvisaciones Albéniz y Granados (Boileau). Revistas: Música y Educación, Allegro, Ad Libitum, Polifonía, ArtsEduca. Coautor: 29 Maneras concebir silencio (Univ. Jaume I), Canto Natural (Bromera). Coord: Los poetas ante la música (Bubok). Autor: Piano Creativo -2 volúmenes- (Rivera), Piano Español (Lulú), Homenaje a Tomás Bretón (Boileau), Aprende a Improvisar al Piano (Redbook)