A los padres (¿compramos un piano?)


Enhorabuena! 

Su hijo/a ha realizado la prueba de ingreso en el conservatorio y la ha superado. 

En cierta forma es afortunado y debe sentirse algo privilegiado dada la alta demanda de aspirantes. Queréis que aprenda a tocar el piano. 

En este momento es probable que os estéis preguntando: ¿compramos un piano o no?. Desde mi punto de vista la disyuntiva se debería haber resuelto a los cinco o seis años, o incluso anteriormente. 


Aquel alumno que ha "jugado" con el piano (en inglés la expresión tocar el piano es "to play the piano", jugarlo), ha experimentado mucho y tiene ya más camino recorrido que el que no lo ha hecho y está más motivado hacia la música, ha aprendido bastante por descubrimiento al haberse "zambullido" en su lenguaje (al "sacar canciones de oído" hace sus primeros dictados), seguro que ha improvisado algo, crea fragmentos... 

Me viene a la mente los casos de tantos compositores y pianistas que desde sus primeros años de vida juguetearon con un teclado (Bach, Mozart, Arrau, por citar tres sólo) hablando a través de la música igual que lo hacían con palabras.

Si bien es cierto que estos niños tuvieron la suerte de tener una familia o un ambiente muy musical, suerte que no tenemos todos... O sí?

Quiero llamar la atención sobre lo que se ha venido a llamar periodos críticos, sensibles o latentes, según la tendencia o escuela pedagógica, momentos en los cuales los niños son más receptivos a unos determinados aprendizaje.

Un ejemplo: si les negamos la posibilidad de modelar con plastilina número y letras o que realicen determinadas actividades lúdicas en las escuelas de primaria en unas determinadas edades estamos condenándolos a que no desarrollen unas determinadas capacidades pues es en el hecho de la manipulación del material de donde van a extraer el aprendizaje.

-"No sé si comprarle un piano. Es un desembolso económico importante ¿Y si luego no aprueba? ¿Y si mi hijo "no vale"? - En principio y en estos niveles todos los niños de características cognoscitivas normales "valen" y hay que contemplar también la posibilidad de alquiler del instrumento.

También la de reventa en el caso de que se decidan por la compra. El modelo más barato nuevo de piano vertical no es inasequible, sin hablar del mercado de segunda mano (lo que cuesta un ordenador, un viaje a..., o poner televisores en casi todas las habitaciones de la casa... y dejo esto último para la reflexión).

El tiempo que pasa un niño sin el instrumento es tiempo desaprovechado. Evidentemente se aprende a tocar el instrumento TOCÁNDOLO, valga más que nunca esta redundancia.

No se aprende en el mismo grado por mucho que se esfuerce y te ayude tu profesor si el alumno, el verdadero protagonista del proceso de enseñanza, no pone en movimiento sus dedos, "movilizando" así, instantáneamente, su mente.

Estamos ante un campo de conocimiento eminentemente práctico. De poco sirve recibir enseñanza verbal de piano sin que sea practicado y asentado en casa ante el instrumento.

Por otro lado es verdad que un niño no puede decantarse profesionalmente a los ocho o nueve años, no hay duda alguna, pero él no debería de carecer del derecho fundamental a poder tener a su alcance los medios que van a posibilitar y optimizar su aprendizaje.

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Profesor pianista experto en improvisación multi-estilos (modernos, clásicos y populares) y música española. Musicógrafo. Distinguido en Global Music Awards (EEUU). 1er Premio Concurso Piano Maestro Serrano (Palau de la Música, Valencia). Especializado en Falla. Estrena Improvisaciones Albéniz y Granados (Boileau). Revistas: Música y Educación, Allegro, Ad Libitum, Polifonía, ArtsEduca. Coautor: 29 Maneras concebir silencio (Univ. Jaume I), Canto Natural (Bromera). Coord: Los poetas ante la música (Bubok). Autor: Piano Creativo -2 volúmenes- (Rivera), Piano Español (Lulú), Homenaje a Tomás Bretón (Boileau), Aprende a Improvisar al Piano (Redbook)

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