Maestro: un rosal cálido de tristes savias rojas
las sacó de mi entraña;
entre las maravillas de sus mojadas hojas
yerra el olor de España...
¡Sí, juntas en la tierra, florecerán un día,
como dos claridades,
ardiente melodía, mi ardiente poesía,
...nuestro afán de ciudades!
...Sevilla, Triana, El puerto -¡y tu alma y mi alma!-,
Guadalquivir sonoro,
¡todo, en la eternidad, bogará en una calma
de ilusión y de oro!