Cuentan que la gran Pilar Lorengar llegó cinco minutos tarde a su primer ensayo en la Deutsche Oper de Berlín y le dijeron "Señora, el ensayo empieza a las 10, no a las 10 y cinco". Pasó tal vergüenza (realmente es el sentimiento que debería generar en nosotros la impuntualidad, pues no es un valor) que no volvió a llegar jamás tarde a ninguna convocatoria.
Deberíamos tomar ejemplo de los grandes, y Pilar Lorengar fue una de las más grandes sopranos que ha dado la Historia. Como ella, muchísimos grandes músicos han hecho lo mismo. Los grandes son humildes y puntuales. No debemos creer eso de que los reyes o las personas importantes dan muestra de su valía haciendo esperar a los demás (el típico refrán de "lo bueno se hace esperar", que parece fabricado a medida para justificar la vagancia, la soberbia, el orgullo, el "creidismo", creo este "palabro" para dotarlo de humor y perspectiva, etc...)
Creo que jamás llegué tarde a una sola de las miles de clases que he recibido. Y siempre llamé a mi profesor de "Don". Y siempre avisé cuando estuve enfermo, nada me lo impidió ni a mí ni a mi familia... Si todo el mundo es capaz de llegar cinco minutos más tarde, cualquier persona lo es también de llegar cinco minutos antes :)
Me gustaría poder hacer lo siguiente:
cuando alguien llega tarde, dando esa penosa impresión no de "persona importante", sino de persona QUE SE CREE más importante, persona que INTENTA faltar el respeto a las demás, persona que NECESITA sentirse superior sin serlo, etc... Hay que ser comprensivos y darse cuenta que el entorno cultural hispánico no es el germánico, pero sólo deberíamos ser comprensivos dos veces, el resto es consentir que infravaloren nuestro trabajo, que realmente hay personas que sí lo valorarán...
Lo que haría es cogerle de la mano imaginariamente, llevar a esa persona con mis poderes mágicos a la luna, al año 2150 y hacerle ver la escena desde esa perspectiva, desde esa distancia temporo-espacial, para que esa persona se vea y vea que realmente no actuó como "un rey", pues esa persona en esa fecha ya falleció, sino como un minúsculo granito de arena disuelto en la inmensidad de este cosmos.
Nadie es más que nadie y si realmente crees que haces sentir a los demás como inferiores, vuelve a subir a la luna y verás tu verdadera dimensión.
Nadie es más que nadie y si realmente crees que haces sentir a los demás como inferiores, vuelve a subir a la luna y verás tu verdadera dimensión.