Esa es mi opinión, y es la opinión de la mayoría de la comunidad científica y pedagógica. Por contra, parece que hay aún prejuicios en muchos sectores sociales que opinan que el arte, en general, la música en particular, es algo sólo accesible en su faceta de producción, no de consumo, a una minoría.
Para quien se encuentre en esta coyuntura dejo este enlace a un artículo reciente de mi autoría en el magazine Wazogate que espero pueda ser inspirador.