Me llama la atención poderosamente que las distintas instituciones responsables de educación y cultura no se hayan planteado el incorporar en su plantilla a un/a afinador o un equipo de ellos, o abrir una bolsa de trabajo para este tipo de trabajo.
Haciendo un calculo aproximado de lo que cuesta una afinación de un piano y multiplicado por el numero de pianos que hay en los centros educativos, auditorios, etc... dependientes de dichas instituciones, creo que saldría mucho más a cuenta que se pagara una nomina fija a estos profesionales y que los pianos estuviesen afinados con la regularidad necesaria.
Desde aquí lanzo la idea y abogo por que se optimicen realmente los recursos que aportan los contribuyentes.