Molestar o no con el piano, II

Os voy a contar mi historia particular.

Por un lado he tenido la suerte de vivir casi siempre en plantas bajas, por lo cual no me he encontrado con el problema de vecinos molestos con mi práctica. Por otro lado, el problema más bien ha sido mío, pues, como supongo que ya sabéis, al gustarme tocar todo tipo de músicas, prácticamente sin excepción y al gustarme improvisar también, no he sido el típico pianista "machacón" que repetía una y otra vez la misma obra millones de veces (un estudio lento, analítico, reflexivo, interior, consciente ayuda a eliminar repeticiones innecesarias) sino sólo las justas para descubrir las sensaciones interiores, las mejores resonancias de armónicos (creo que, como dijo Paderewsky, muchos alumnos gastan más tiempo en tocar que en estudiar :) , etc... O sea, a trabajo lento, progreso rápido. Pues como decía, el problema era mío, pues todos los vecinos me pedían con cierta insistencia venir a mi casa a escucharme :) y tampoco es plan de montar una soiree musical a diario :)

Primero tuve un piano vertical de madera de caoba, muy grande, de los altos, los cuales tienen más potencia y armónicos al tener más madera (los que aconsejo por riqueza de sonido y posibilidades a la hora de mejorar tu propio sonido)... Lo cambié varias veces de posición en el salón de casa (luego recibió una reforma, sellándose la puerta principal con muebles de escayola, y finalmente el piano no pudo salir por la puerta cuando cumplió su vida útil, aunque tenía una salida más amplia, un arco enorme, pero no giraba por la entrada... Tuve un vecino pianista, Manuel Herrera... Era maravilloso tocar a dúo con él sin conocernos aún :) Cada uno en su casa, imitándonos, haciéndonos segundas voces... Jajaja

Después una vecina se molestó con mi madre por un tema "vecinal", valga la redundancia e intentó que los convecinos firmasen un documento para impedirme estudiar. Nadie firmó. :)

Posteriormente tuve uno eléctrico y lo usaba con auriculares sobre todo para leer a vista cuando viví en una residencia de estudiantes. Y algunas veces que estudiaba sin ellos, al ser un sexto, me avisaron que se oía hasta en el cuarto. Siempre sucede lo mismo, un músico cuyo instrumento toca el suelo molesta a los pisos inmediatamente inferiores, no a los superiores (sólo les llega la vibración por el aire, no por el material)... Fui comprensivo y sólo hubo un aviso. Igual que cuando llegó mi piano de cola, estando en un bajo ninguna molestia y trasladado a un sexto un aviso desde el quinto, y fue porque preparaba la cuasi-orquestal Chacona de Bach-Busoni para un concurso.

Como os he contado, mi experiencia en general ha sido muy buena con los vecinos, a ellos les gustaba que tocara y yo practicaba sin presiones a horas no intempestivas (y si no podía tocar, escuchaba música, leía a vista en mudo, mejoraba mi propioceptiva, leía libros sobre música, es decir, he estudiado muchas horas, una media de más de cinco al día durante décadas, escogiendo muy bien los momentos, no olvidando los necesarios descansos para la mente y para los músculos) y trabajando piano y pianísimo, pues fuerte puede tocar todo el mundo, pero no todo el mundo tiene el control de la paleta de los pianos (sonoridad)!

+Contenidos

Mi foto
Musicógrafo influencer. Distinguido en Global Music Awards (EEUU). 1er Premio Concurso Piano Maestro Serrano. Especializado en Falla. Estrena Improvisaciones Albéniz y Granados (Boileau). Revistas: Música y Educación, Allegro, Ad Libitum, Polifonía y ArtsEduca. Coautor: 29 Maneras concebir silencio (Univ. Jaume I), Canto Natural (Bromera). Coord: Los poetas ante la música (Bubok). Autor: Piano Creativo (Rivera), Piano Español (Lulú) y Aprende a Improvisar al Piano (Redbook)

La brújula del canto