ENTREVISTA A: Carlos Marín Trigo, Maestro de Piano en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México
¿Cuál es la primera experiencia que recuerdas con la música y/o el piano?
Quizás
suene a tópico, pero desde que tengo uso de razón recuerdo haberme
sentido atraído por el sonido, y los objetos sonoros: como si se tratase
de una curiosidad innata por conocer, explorar y experimentar el por
qué del sonido y sus
cualidades.
Mi
primera experiencia con la música me llegó siendo yo muy pequeño aún,
cuando un buen día me regalaron una armónica que, aunque en apariencia
no tenga nada que ver con el piano, al menos satisfacía plenamente mi
curiosidad innata por el sonido. Para mí era muy emocionante crear
sonidos e "improvisar" mis primeras melodías, y la armónica se convirtió
en mi compañero inseparable. Sin embargo, en otra ocasión, me regalaron
otro instrumento más interesante, una "CASIO PT1" de color marfil. Un
teclado de juguete, que me hizo dar cuenta de que lo que realmente me
gusta son los instrumentos de tecla.
Concretando
en el piano, mi primera experiencia la recuerdo como si me hubiera
sucedido ayer: mi primera maestra de piano, en la primera clase que me
dio, me puso tres estudios de Carl Czerny,
dejándome muy claro que me los iba a revisar en la siguiente clase.
Quizá fui demasiado obediente y, durante esa semana, pasé horas y horas
estudiando para sacar los tres estudios a la perfección; pero el día
antes de la clase todavía se me resistía uno de los tres estudios, ya
que me salía demasiado lento. Estuve muy disgustado y apenado toda esa
tarde. Al día siguiente, al llegar a la clase y presentar a mi maestra
todo el trabajo de la semana, sentí un poco de miedo cuando
ella me preguntó qué iba a hacer conmigo (yo pensaba que se refería a
que llevaba un estudio lento), pero sentí mucho alivio cuando ella me
explicó que esos estudios eran para trabajarlos durante el primer
trimestre del curso, y yo los había sacado en una semana.
Ese
día aprendí una de mis primeras grandes lecciones en la música: lo
importante es el esfuerzo y el ímpetu con el que uno trabaja, lo demás
viene por añadidura.
¿Qué personalidad musical crees que te influyó más en tu carrera?
Por
supuesto las mayores influencias en mi carrera fueron las de mis
maestros y mis compañeros de clases, sin embargo, si nos referimos a
algún compositor o intérprete reconocido, estaríamos hablado de
Beethoven, pues para mí es una figura que siempre me ha causado una
fuerte admiración.
¿Cuál era el estilo o el compositor que más te gustaba estudiar de joven?
¿Cuál era el estilo o el compositor que más te gustaba estudiar de joven?
Casi
cada año yo pedía a mis maestros que incluyeran algo de Beethoven en
mis programas de clase (de hecho, en dos ocasiones en que tuve que
estudiar sonatas de Mozart, me sentí un poco inconforme). En los últimos
años, me gustaba incluir en mis programas las tres "B": Bach, Beethoven
y Brahms.
¿En qué repertorio te sientes más a gusto en la actualidad?
¿En qué repertorio te sientes más a gusto en la actualidad?
Muchas
de las obras que suelo interpretar son románticas o del siglo XX (quizá
sea porque en este lapso se ha escrito la mayor parte del repertorio
existente para el
piano). Ni que decir tiene que, generalmente, en mis recitales suelo
incluir obras nacionalistas españolas. También estoy estudiando en la
actualidad obras de compositores mexicanos (aunque aún no me atrevo a
presentarlas en público).
Cuéntanos, por favor, alguna experiencia o anécdota que te venga a la memoria que tenga que ver con el piano (en algún curso, o concierto...)
Cuéntanos, por favor, alguna experiencia o anécdota que te venga a la memoria que tenga que ver con el piano (en algún curso, o concierto...)
Guardo
muy buen recuerdo de algo que me sucedió en un curso sobre técnicas de
estudio del instrumento musical, que tomé cuando iba en mi primer año de
piano. Al llenar la solicitud había que marcar si uno quería ser
participante u oyente. No hay que
decir que yo marqué que quería ser participante; el único inconveniente
es que sólo podían participar 20 pianistas de unos 300 que presentaron
la solicitud. Para decidir quiénes serían los 20 elegidos, tendríamos
que pasar una audición. Sinceramente, al ver que muchos de los
aspirantes estaban en cursos más avanzados que yo y presentaban obras
mucho más difíciles (yo llevaba preparadas la sonatina Op. 36, n° 3 de
Muzio Clementi y una pieza del "Álbum para la Juventud" Op. 68 de Robert
Schumann), hubo momentos en que estuve a punto de levantarme y
marcharme. Quizá una de las razones por las que no lo hice fue porque
tenía la curiosidad de sentarme a tocar, por primera vez en mi vida en
un Steinway de concierto.
Mi
mayor sorpresa es que, a día siguiente, cuando publicaron los
resultados, yo estaba entre los seleccionados, y hasta se especificaba
qué día y a qué hora
iba yo a pasar a revisión.
Aprendí
mucho en ese curso, sobre todo una doble lección muy importante en la
vida de cualquier músico: por una parte, nunca sabes los criterios que
tengan las personas para fijarse en ti, para seleccionarte, para
aplaudirte, y por otra parte, que lo importante no es presentar la obra
más difícil, sino presentarla lo mejor que se pueda interpretar.
¿Qué opinas de la situación actual de la enseñanza de la música?
La
música es algo innato al ser humano, quizá no sea necesario explicar en
este momento los beneficios que conlleva estudiarla, aunque no sea con
el fin de convertirse en profesional. Por ello considero que debe ser
obligatorio llevarla desde la educación preescolar, y, para los que
quieran ser profesionales, ofrecerles la posibilidad de estudiar un
verdadero Bachillerato Musical, para poder integrar realmente sus
estudios profesionales con los generales.
En la
actualidad no sé cómo esté el panorama educativo en España, pues llevo
casi ocho años fuera de mi país, si bien recuerdo que cada vez había una
mayor demanda social por los estudios musicales. Aquí en México, pese a
que hay mucha disparidad entre los distintos estados en cuanto a
educación musical, también se siente un creciente interés por
estudiarla. De hecho, en los últimos años, están aflorando las llamadas
"orquestas infantiles", siguiendo y adaptando el sistema propuesto en
Venezuela por el maestro José Antonio Abreu, por el cual se intenta
socializar a las personas mediante la música.
¿Cuáles son tus pianistas favoritos?
¿Cuáles son tus pianistas favoritos?
Es una
pregunta un poco difícil de contestar, a veces prefiero oír
interpretaciones de determinados compositores por determinados
pianistas: así pues, Alicia de Larrocha para la música española, Alfred
Brendel para Beethoven... Pero si me tengo que quedar con uno, sin duda,
Vladimir Horowitz: me gusta el dominio que tenía del piano, la aparente
facilidad con que aborda los pasajes más difíciles y virtuosos, al
mismo tiempo de la claridad y la limpieza con las que toca cualquier
obra.
¿Crees
que es útil a los pianistas conocer recursos sobre improvisación? ¿Por
qué? ¿En qué medida crees que es necesaria la creatividad para el
pianista?
No sólo es útil, también es
necesario. La improvisación es una herramienta que nos puede ayudar
incluso para sacarnos de
más de un apuro en un concierto en público. Implica, además, un
profundo conocimiento de tonalidades, modulaciones, armonía,
contrapunto, formas musicales, aparte, claro está, de un dominio técnico
del instrumento. Es relativamente moderna, dentro de la historia de la
música, la mentalidad de que hay que atenerse estrictamente a lo escrito
en la partitura. Siempre ha existido la costumbre de los intérpretes de
improvisar pequeños fragmentos en las obras que estuviesen tocando.
Este hecho era más patente en los concierto para solista y orquesta, en
los que se dejaba la "cadenza" a la libre voluntad e imaginación del
solista.
La creatividad, en este aspecto, es
importantísima, no sólo para el pianista, sino para cualquier músico.
Las personas más imaginativas, son también más creativas y más lúcidas.
En la música, incluso una interpretación de cualquier obra requiere
creatividad, reflexión e
imaginación.
¿Qué proyectos musicales tienes en mente realizar?
Por
una parte estoy preparando la obra "Noches en los Jardines de España"
de Manuel de Falla. Es una obra que siempre me ha gustado mucho y desde
hace algún tiempo tenía ganas de estudiarla. Ya sólo me falta una
orquesta que quiera presentarla conmigo.
Por
otra parte, estoy formando un dúo con la pianista letona Nika
Jonicenoka, que, al igual que yo, reside en México. Es un proyecto que a
penas está arrancando, y la idea es preparar un repertorio con obras de
distintos estilos, épocas, compositores y géneros, tanto para piano a
cuatro manos, como para dos pianos.
¿Qué consejo o recomendaciones darías a los que empiezan ahora a estudiar este instrumento?
¿Qué consejo o recomendaciones darías a los que empiezan ahora a estudiar este instrumento?
El
mayor consejo es que luchen por lo que quieren lograr. El piano es un
instrumento difícil, que requiere muchas horas de estudio y mucha
coordinación. Los avances son aparentemente lentos, pero los resultados
son tanto más excelentes cuanto mayor sea la dedicación del estudiante.
Uno sabe que ser estudiante de música se trata de una vocación para toda
la vida, ya que siempre hay una nueva obra que estudiar o una antigua
que perfeccionar y madurar. Lo importante es que uno tenga claras sus
metas y cada día sienta que se supera más y más para lograrlas. Para
ello lo más importante es la disciplina y el hábito de estudio.
¿Quieres añadir algo más sobre tu relación con el piano?
Para
mí el piano va mucho más allá de una simple profesión, es una vocación y
una satisfacción que veo realizada cada día a través de mis metas y
proyectos. Está presente en mi vida, tanto en los momentos buenos, como
en los malos, y, además, sirve para expresar aquellas emociones que no
se pueden expresar con palabras.
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