Me vienen a la mente varias: mosquito impertinente, partitura que se
me cae sobre las manos mientras sigo tocando, estornudo que finalmente
no salió, y me llama mucho la atención que tengo "dobles": pianistas que
se parecían físicamente a mí. Una vez tocando en el Palau de la Música
de Valencia observé mientras tocaba Ricardo Martínez Descalzo que visto a
cierta distancia se parecía mucho a mí. Tanto es así que un amigo
común, Carlos Apellániz, me dijo: "pensaba que eras tú quien tocabas" :)
AGUSTIN MANUEL MARTÍNEZ
Recuerdo un concierto
de piano solo en Italia, estaba tocando El Pelele de Granados, era el
final de la primera parte y nada más empezar saltó una parte de la tecla
negra, la tecla se quedó sin relieve. Toqué El Pelele como pude, pero
para la segunda parte pedí que lo pegaran. Me era imposible tocar una
nota negra, y no sentir la tecla debajo, ver un hueco. Menos mal que el
pegamento que usaron aguantó el resto del concierto.
DANIEL DEL PINO
Cuando
llegué a vivir a Sevilla, para trabajar como Correpetidor en el Teatro
de la Maestranza, fui a ver un recital de Simon Estes. En dicho
concierto me enteré que en los dos días siguientes iba a dar unas clases
magistrales para cantantes y me apunté como oyente. Por la mañana,
llegué al sitio donde se desarrollaban las clases y había un lío enorme
montado: la organización pensaba que acompañaba el pianista de Estes y
éste pensaba que había alguien contratado para tal menester. De repente,
muy mosqueado, pregunta con su vozarrón el bajo americano:
"¿Hay alguien
entre el público que por lo menos pueda acompañar el aria de Alfredo de
la Traviata?. Yo desde el fondo de la sala, calado hasta los huesos
porque me pilló un chaparrón tremendo, levanté el brazo. Acompañé ese
aria y otra y otra, y así hasta el final del curso. Simon Estes se fue
de Sevilla convencido de que aquello estaba pactado con la organización y
yo feliz por haber compartido dos días a su lado (además acabé haciendo
de traductor del curso) y por sacarme un dinerillo inesperado que me
vino de perlas en ese momento.
RUBÉN FERNÁNDEZ AGUIRRE