Sebastian Colombo, profesor del Conservatorio de Utrecht ha realizado una nueva edición con primor que ha pasado de las cien páginas de la versión inicial a las casi quinientas.
Tenemos como principales novedades las páginas 65 a 70, una ampliación con más testimoniales sobre Rosa María Oubiña, o el interesantísimo capítulo diecisiete sobre la relación entre el canto y el piano, uno de los más originales escritos hasta la fecha, aunque en este blog le hemos dedicado unas líneas tangenciales a la temática del bel canto y nuestro instrumento. Todas las citas son muy procedentes e interesantes.
Cantar o no cantar, he aquí la cuestión! :), casi como se viene a intuir en este capítulo diecisiete. Sigismund Thalberg y la no rigidez, trabajar con la inteligencia casi más que con los dedos, Martha Argerich y sus comienzos en el piano, sin tanta pasión por el bel canto como la que declaraba su maestro y la curiosa descripción de su sonido sin "apoggio" podríamos decir (en sus inicios) comparada con un señor que entra en una habitación sin pantalones ;)...
Cantar o no cantar, he aquí la cuestión! :), casi como se viene a intuir en este capítulo diecisiete. Sigismund Thalberg y la no rigidez, trabajar con la inteligencia casi más que con los dedos, Martha Argerich y sus comienzos en el piano, sin tanta pasión por el bel canto como la que declaraba su maestro y la curiosa descripción de su sonido sin "apoggio" podríamos decir (en sus inicios) comparada con un señor que entra en una habitación sin pantalones ;)...
Los textos sobre el maestro de Luciano Pavarotti y su entrenamiento vocal, Luisa Tetrazzini, son esclarecedores y luego relaciona las partes del instrumento vocal con el aparato braquial, desgranando así como refiere una interesante y certera teoría sobre el sonido (consonantes-vocales). Concuerdo con lo aportado por este maestro pues efectivamente todo sonido pianístico tiene que tener ese mínimo que haga que hasta el último señor/a del público que haya pagado entrada y esté en el fondo de la sala, en el lugar más recóndito, tiene el mismo perfecto derecho a escuchar con claridad y cantabilidad cualquier frase.
El capítulo siguiente, "El maestro formador" es antológico, dice muchas verdades de manera muy directa y es muy recomendable para reflexionar sobre la verdadera labor del pedagogo del piano, igual que el nuevo capítulo "Los niños y la formación del saber" en la que señala la responsabilidad máxima del maestro, y que nunca olvide verse reflejado en sus "realizaciones" a través de su escuela.
Quiero también citar una frase para aquellos cegados con la palabra "nivel" en nuestro país y en muchos otros seguramente "no confundirlos (a los docentes) al extremo de creer que la lectura de obras cada vez más complejas es sinónimo de justo y válido progreso".
Sigue un corpus de recopilación de testimonios desde la página 333 impresionante y una bibliografía ampliada.
Quiero también citar una frase para aquellos cegados con la palabra "nivel" en nuestro país y en muchos otros seguramente "no confundirlos (a los docentes) al extremo de creer que la lectura de obras cada vez más complejas es sinónimo de justo y válido progreso".
Sigue un corpus de recopilación de testimonios desde la página 333 impresionante y una bibliografía ampliada.
Es un placer y muy recomendada su lectura para los pedagogos del piano y los estudiantes y hasta las familias, pues todos están implicados con la misma intensidad en este camino que es el de amar la música a través del instrumento de las ochenta y ocho teclas. Para mí ha sido, además, todo un honor figurar en los agradecimientos (pág. 494) y ser citada esta página en la página siguiente.