No es fácil, el mercado de segunda mano es muy amplio y el tiempo suele pasar factura en la mayoría de los instrumentos. Muy pocas veces se restauran, muy pocos de ellos quizá merezcan la pena esta inversión...
Digamos que mientras más antiguo es el instrumento, menos posibilidades tienes de encontrar una "joya", es como encontrar una aguja en un pajar. Y un piano viejo puede ser bueno o malo (ya lo era en su origen, cuando fue construido) al margen de su antigüedad, que, salvo muy contadas excepciones, siempre resta.
En mi vida, -y he visto pianos por doquier, siempre he intentado conocer los pianos que hay circundándome allá donde haya vivido o me haya desplazado,- sólo he encontrado dos pianos de cola con bastante antigüedad (treinta años en un caso y un auténtico abuelo, más que centenario en otro caso, como ya conté en otra ocasión) que merecieran la pena ser rescatados de su silencio :) así como quizá sólo unos cinco verticales.
Pues llegan muy pocos pianos buenos y en aceptable estado al presente, bien por guerras, inundaciones, fuegos, termitas, polillas y otros "graciosos insectos antipianos" :) etc...
Una vez leí un escrito de un afinador que decía que huía en general de los pianos antiguos como de las siete plagas de Egipto. Sólo le daban problemas (no aguantaban la afinación, costaba más repararlos que comprar uno nuevo con mejores condiciones acústicas, a veces no merecían la pena ni el desplazarse, mucho menos el desplazarlos).
Una vez leí un escrito de un afinador que decía que huía en general de los pianos antiguos como de las siete plagas de Egipto. Sólo le daban problemas (no aguantaban la afinación, costaba más repararlos que comprar uno nuevo con mejores condiciones acústicas, a veces no merecían la pena ni el desplazarse, mucho menos el desplazarlos).
Quizá si merezca la pena restaurar como bienes de interés cultural (lo que hacen en otros países civilizados por interés económico, por atraer turistas) aquellos instrumentos que pertenecieron a grandes compositores e intérpretes.
Siempre me pareció vergonzoso que el estado deje en el olvido ciertos instrumentos de nuestros pianistas más conocidos internacionalmente. He conocido personalmente casos de abandono institucional inenarrables... Y aquí valgo más por lo que callo que por lo que cuento. :)
Si no tenemos mucho (lo tendríamos si las autoridades competentes tuvieran competencia real y la ejerciesen ya) que mostrar es lógico que el estado no disfrute esa cuota de turismo cultural que dejan perder!!!