Esta entrada me la inspiró otra anterior similar sobre Bach en la que señalaba las implicaciones ulteriores, insospechadas por sus compositores, de cierta obra.
Hoy traigo aquí el archifamoso capricho para violín de Paganini en forma de variaciones, el número veinticuatro, que tanto revolucionó la técnica del piano romántica.
De él bebieron, entre comillas, para ampliar su imaginación musical, para imitar ciertas técnicas propias del violín que en piano generaron nuevos y efectivos diseños de escritura, Schumann, Liszt, Brahms, Rachmaninoff, y posteriormente muchos más, Lutowslawsky, por ejemplo...
Todos crearon obras innovadoras, muy difíciles, originales, sentidas, que intentaban ir un poco más allá de lo que se había comouesto hasta la fecha.
Si quieres oir esta maravillosa obra y sus "hijos":