Ayer tuve el gusto de acudir a un concierto de Andrea Motis, la prodigiosa cantante juvenil que improvisa al saxo y a la trompeta con un virtuosismo impropio de su edad (por lo grande!), Joan Chamorro, que es uno de los músicos más afamados del panorama actual, al contrabajo y al saxo también (espectacular, palabra que deriva del griego "digno de ser visto", y en este caso añado "y oído", y añado más "y escuchado":), Esteve Pi, a la batería, un músico, y con esto ya lo digo todo, pues su presencia fue precisamente el hacerlo de manera tan sutil que se acoplaba y empastaba perfectamente al grupo, la sazón justa y necesaria, perfecta, ni excesiva ni parca... Fue en Oropesa del Mar, dentro del marco del Festival Internacional de Música ORFIM...
...Y al piano estaba sentado el maestro invidente Ignasi Terraza. Deciros que era invidente sobre su DNI porque a todos nos hizo "ver" su música suprema, y estoy seguro de que él en su interior siente los colores. Pues precisamente su diversidad de timbre o color es impresionante. Tuve el honor de departir un buen rato con él al final del concierto y comprobé que es un músico muy consciente de esta importante cualidad del sonido, así sabía exactamente qué armónicos escoger para cada momento del concierto en un órgano Hammond de última generación que aportó para dar más diversidad a su acompañamiento y momentos solistas. Particularmente me pareció muy interesante su conducción en los temas en estilos más modernos, con aires funk... Jimmy Smith revisitado en sus concepciones sonoras. Especialmente cuando hacía un uso pleno del leslie digital, con vibrati completos para los "tutti" en los momentos de máxima "tensión sonora".
¿Qué hacer con la mano derecha cuando la izquierda canta?, algo poco escuchado en los músicos de jazz, es un aspecto que domina a la perfección Ignasi. Hay que señalar que le distingue y le hace sobresalir su cualidad contrapuntística, su manera de tejer voces, y hasta de saber en qué momentos hacer la textura más densa en número o menos, en función del clima que se va buscando u obteniendo, pues estamos hablando de música improvisada, de música generada en tiempo real, absolutamente nueva cada concierto. Sus rápidos arpegios en la derecha demuestran un estudio tenaz de este aspecto. No es sólo saber hacerlo, sino en qué momento y cómo. Ignasi lo sabe, y su dominio del ritmo y de la dinámica lo demuestran por la vía de los hechos, los sonidos.
Su sentido de la forma es lo que más me llamó la atención. Cada nota estaba en su lugar justo dentro de la estructura. Hay que tener una mente muy inteligente para que no "te sobre" ni "te falte" ninguna nota... Un ingeniero como él sabe hacerlo a la perfección. Le da mucha importancia, en mi interpretación de sus palabras, al contexto, cómo la disonancia siempre es el producto de un claroscuro, de un contraste. Preguntado sobre cuáles son los límites en número de notas distintas en la armonía me ofreció una respuesta que sólo los músicos muy experimentados podrían darla (y sus cinco décadas sobre el orbe y su específica atención al sonido le han hecho escuchar con más intensidad que a otros músicos y por ende, aprender, de ahí su vasto repertorio de combinaciones, posibilidades melódicas; recordemos el adagio clásico que "de donde nada hay nada viene"; no es éste el caso, "viene mucho" :) Su respuesta incidía en cómo un simple acorde de C, do Mayor, las notas do mi sol, el paradigma de la música tonal consonante, puede ser hipertensante en un contexto disonante. Sabe y siente que la función de los elementos musicales, su semántica, se la confiere el entorno sonoro.
No sólo nos deslumbró con su técnica virtuosa y asombrosa (el público en pie al unísono y al completo al final del concierto, cosechando un sonorísimo Bravo), con strides (saltos rápidos) vigorosos en el momento que lo requería, walking bass de primer nivel, un voicing generoso en sorpresas bellas, "al límite" de lo sublime, a mi juicio... En su segunda propina hizo un acompañamiento con unos contracantos interiores en la mano izquierda que recordaban perfectamente al estudio lento del primer libro de Chopin, el de mi b m. Lo comento para que nos hagamos una idea de su riqueza musical. En suma, originalidad, inventiva y creatividad superior, melódica y armónica (y esto no tiene precio en los tiempos actuales de copy and paste musical).
Recomendaros sobremanera sus últimos dos discos: Sol-It, un doble cd donde explora desde Th. Monk hasta el tema popular catalán "Rossinyol" con temas en directo y Live at The Living Room, Bangkok, con su trío, donde, entre otros temas de su propia autoría y ajenos llega a versionar a Mompou. Escucharlo para creerlo y convencerse al segundo tema!