55dB y otras tropelías sonoras

Hemos visto todos cómo se pretende aplicar la parte estrecha del embudo en unas fiestas recientes en Madrid, las del orgullo por ser maravillosamente diferente, y cómo esa misma norma no se aplica en el resto de fiestas...

Supongo que cuando la furgoneta electoral va por las calles a la hora de la siesta agrediendo sonoramente a los vecinos a esos mismos políticos se les olvida la normativa.

Los ciudadanos estamos cansados de que la parte ancha del embudo beneficie siempre a los mismos y estamos no cansados, hastiados, de ver cómo los que tienen que dar ejemplo son los primeros que salen huyendo y se saltan las normas alegremente.

Es curioso que la normativa acústica sea de tan estricta aplicación en los locales nocturnos y en los centros educativos públicos, donde debería respetarse con más ahínco porque nos estamos jugando la salud física y mental de las siguientes generaciones, no se cumpla siquiera los mínimos razonables además de legales. 

Los músicos son un colectivo de riesgo según infinidad de estudios. La exposición continuada al ruido excesivo causa hipoacusia, acúfenos y sordera, además de alterar el estado de ánimo de la persona.


Si hasta puede llevar a la neurosis, como se explica en un post anterior de este blog, no es demasiado arriesgado afirmar que es posible que estemos ya instalados colectivamente en una especie de estado bordeando si no transpasando los límites de lo neurótico.

Y es que neurótico me parece que no se atiendan los mínimos derechos laborales en la mayoría de los casos.

Neurótico me parece que "se acuerden de Sta. Bárbara cuando truena", es decir, cuando a ciertos gobernantes les viene bien. Utilizan ese argumento cuando les conviene realmente. Abuso!

55dB es una conversación entre dos personas. A lo mejor no quieren ni que conversemos por la calle no vaya a ser que la información que nos transmitamos les perjudique.

A poco que uno viaje por países más civilizados descubrirá que la sensibilidad al exceso de ruido es total y por ende no se permite en ningún aula de un centro educativo musical que no se repongan elementos que comprometan la insonorización de la misma.

Si realmente quieren reducir el ruido que comiencen por eliminar definitivamente el tránsito de motos trucadas o coches que superan niveles sonoros no razonables, que suelen ser de alta cilindrada, imponer el coche eléctrico, que es menos contaminante... Y acondicionen las instalaciones educativas por las que tod@s sin excepción pasamos y no sólo los despachos de los dirigentes. 

Al final todo es cuestión de voluntad y no os quepa duda de que van a hacer lo que a los poderosos les conviene y no lo que sería lo lógico, razonable y saludable respecto a las personas y al respeto al planeta.

El poder siempre es transitorio. El emperador y el pobre comparten el mismo destino, yacer bajo la tierra cuando cumplan su tiempo. En la conciencia de todos quede transitar efímeramente este minúsculo mundo y dejar unas condiciones mejores a las siguientes generaciones de monos humanos o sea devuelto en la misma proporción todo el daño que hagan.
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Profesor pianista experto en improvisación multi-estilos (modernos, clásicos y populares) y música española. Musicógrafo. Distinguido en Global Music Awards (EEUU). 1er Premio Concurso Piano Maestro Serrano (Palau de la Música, Valencia). Especializado en Falla. Estrena Improvisaciones Albéniz y Granados (Boileau). Revistas: Música y Educación, Allegro, Ad Libitum, Polifonía, ArtsEduca. Coautor: 29 Maneras concebir silencio (Univ. Jaume I), Canto Natural (Bromera). Coord: Los poetas ante la música (Bubok). Autor: Piano Creativo -2 volúmenes- (Rivera), Piano Español (Lulú), Homenaje a Tomás Bretón (Boileau), Aprende a Improvisar al Piano (Redbook)

La brújula del canto